¿Qué dice la ley? ¿Cómo funciona?
No puedo tener hijos,
¿no soy mujer?
El discurso de la sociedad nos ha mostrado a la mujer como un ser que tiene que cumplir con ciertas expectativas ante la gente, una de ellas corresponde a convertirse en madre en algún momento de su vida. En muchas ocasiones, esto no sucede y este es uno de los hechos más comunes en las mujeres que padecen de endometriosis. Este es el caso de Verónica Suárez, quien actualmente tiene 45 años, pero fue diagnosticada de endometriosis y ha tenido que vivir con esta patología durante 20 años.
Verónica, con la mirada en alto, cuenta que ha tenido que someterse a tres operaciones alrededor de su vida. Sin embargo, en algún momento un médico le dijo que, por la gravedad y el avance de la enfermedad, debería operarse cada año y medio. Además a esto se le suma el doloroso hecho que desde el comienzo de su diagnóstico la palabra “esterilidad” ya apareció en su vida. Como sabemos, al ser una enfermedad crónica no tiene cura, pues las cirugías a las que se sometía solamente le ayudaban a mejorar su estilo de vida y que los síntomas sean más llevaderos o tolerables.
Después de siete años de matrimonio, Verónica pudo quedar embarazada, pero a los 4 meses de estarlo, perdió a su bebé. En todo este camino de padecimiento Verónica ha experimentado diferentes estados psicológicos, desde shocks emocionales al enterarse de la dolencia, hasta ansiedad, aislamiento y cambios radicales en su personalidad. Además, su día a día se convirtió en una ingesta abusiva de analgésicos con el fin de evitar el dolor causado por la enfermedad.
Desde el comienzo de su dolencia, Verónica torno su vida en 360 grados. Los cambios físicos, los tratamientos, la infertilidad y demás consecuencias a nivel general han limitado su vida de maneras distintas.
Las expectativas de poder formar un hogar con niños no se pudo cumplir además de verse limitada en aspectos laborales y en metas personales.
Verónica Suárez
Paciente con endometriosis
Sin lugar a dudas, las mujeres que padecen endometriosis son más propensas a sufrir abortos espontáneos durante sus períodos de embarazo, por su puesto, aquellas que logran concebir. Los embarazos tienden a ser más delicados debido al desbalance hormonal que presentan, en muchos casos por los tratamientos de hormonas a los que la mujer ha sido sometida en función de poder "controlar" la enfermedad.
¿Qué pasa psicológicamente?

Fotografía por: Juliana Castro V.
Desde el punto de vista psicológico, el hecho de que una mujer no pueda tener hijos genera una situación de conflicto en su sistema emocional. Se considera una mujer “defectuosa” al no poder generar vida. Incluso Neif asegura que, aunque una mujer no quiera ser madre, el tener conciencia de que no puede hacerlo le produce una sensación de no sentirse plena o completa a nivel general, pues la sociedad le ha implantado esa “carga” de que tiene que ser fuente de vida. Esta afectación recae directamente en su autoestima y valor como mujer.
La vida en pareja
Desde la psicología positiva, la dolencia de esta enfermedad puede generar la construcción de un puente de confianza y apoyo mutuo en la pareja. Más allá de poder o no tener un bebé se puede generar la oportunidad idónea para poder demostrar el apoyo incondicional que se puede necesitar, aliviando de esta manera el padecer la enfermedad. Es importante tener en claro que el tener hijos suele ser una meta de pareja dentro de un matrimonio, por ende cuando uno de los integrantes no es fértil repercute directamente sobre los deseos del otro y es ahí en donde se genera el conflicto.
Esta enfermedad no solamente puede generar problemas de pareja por no poder concebir, sino que va más allá como es el caso de Verónica. Las discusiones a causa de la dolorosa enfermedad han generado conflictos dentro de su hogar, pues poco a poco esto va desgastando la relación y por su puesto también el apoyo de su compañero al no poder entender el dolor y la situación que Verónica vive diariamente.