Sin duda alguna, la endometriosis es una enfermedad oculta en nuestro país, desconocida por muchas e inexplicable para otras. La falta de información a nivel nacional no permite que las mujeres puedan visibilizarla y estar listas para actuar en caso de  recibir un diagnóstico afirmativo en relación con la misma. 

 

Incluso en el Ecuador, no hay ninguna institución dedicada a la investigación de las causas, tratamientos, síntomas o demás aristas que podrían investigarse en relación con esta dolencia. Muchas de las mujeres que han expuesto sus casos han llegado a la conclusión de que este será un martirio con el que les tocará lidiar por el resto de sus vidas, mientras el número de pacientes sigue aumentando con el pasar de los días, meses y años. Todas sin una cura definitiva. 

 

Otro de los principales problemas que cuestionan las mujeres es la falta de capacitación en centros médicos y la falta de concienciación para que las mujeres estén al tanto de esta enfermedad, que de diagnosticarse a tiempo puede ser llevadera y con buen tratamiento incluso puede llegar a no generar tantas molestias sintomatológicas, problemas psicológicos, físicos y laborales. 

 

A pesar de no ser una enfermedad letal de manera inmediata, ha quedado demostrado que el desenvolvimiento  de la mujer si se ve afectado. Su desenvolvimiento, sus sueños y metas se han visto limitados y por lo tanto no les permiten sentirse plena en diferentes aspectos de su vida diaria. 

 

Las “endoguerreras” siguen en pie de lucha desde diferentes puntos. Muchas desde sus hogares, otras desde sus trabajos y otras generando conciencia para poder ampliar el conocimiento y la educación social sobre lo que significa “padecer endometriosis”.